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Rigurosas en la sistematización y profesionalización de cada etapa de los proyectos, Cecilia Bitar y María Inés Fabro potencian sus habilidades e intereses personales para dirigir y llevar adelante creaciones diferenciales en su concepción y su creación.

Su ciudad en el mundo: Córdoba. “Aquí está nuestro desafío. Nos cautiva la diversidad de los paisajes urbanos, las diferentes escalas, el clima, la vista a nuestras sierras. Es una ciudad que alberga muchos mundos diferentes”.
Un poco más acerca de ellas
Las directoras de Abitar Arquitectura se inspiran en la humildad de los grandes y en la naturaleza, “en los espacios que esta genera, en los materiales, en sus formas y en cómo impacta todo esto en el ser humano. Mis primeros diseños, mucho antes de ingresar a la facultad, ya manifestaban este interés”, rememora María Inés.

Se enorgullecen de la UNC “que fue nuestra formadora y un gran semillero de ideas”. Y a la hora de elegir un material se inclinan por aquellos de origen natural.
“La expresividad de la madera, el ladrillo o la piedra aportan riqueza al proyecto” (Cecilia)
EL ARTE DE LA GESTIÓN
“El proceso constructivo es un desafío en sí mismo. Es el arte de la gestión. Son muchos los involucrados en cada obra, todo tiene que estar en el tiempo y el espacio adecuados y es necesario tener en cuenta la situación climática, tomar decisiones continuas, ser rigurosas en los detalles. Somos articuladoras de un engranaje que hace que la gran máquina de construir espacios avance y el proyecto se manifieste tal y como fue pensado”, explica Cecilia y María Inés agrega que para ellas “lo creativo siempre es colectivo; intervenimos todos y en esa puesta en común el proceso nunca es lineal sino que tiene vida propia”.
La dedicación del tiempo necesario para conocer en profundidad las expectativas del cliente así como sus usos y costumbres es otro de los “innegociables” de la dupla Bitar-Fabro.

UN EQUIPO COMPROMETIDO CON EL FUTURO
En Abitar Arquitectura se le presta especial atención al equilibrio entre nuestro impacto como especie y el uso de recursos del entorno. “Las propuestas siempre tienden a buscar materiales que necesiten poco mantenimiento, las mejores orientaciones tanto para el aprovechamiento solar como para la protección climática y la posibilidad de reutilizar las aguas grises y de lluvia”, explica Cecilia.

“La construcción es la responsable de aproximadamente el 40 % del consumo de energía y de emisiones de CO2 en el mundo. Los arquitectos debemos comprometernos con la reducción del impacto ambiental de nuestras construcciones”, advierte María Inés, certificada EDGE Expert, un sistema de certificación internacional de construcción sostenible, focalizado en hacer edificios más eficientes. Para ello utilizan un software que permite -desde la etapa de diseño y probando diferentes alternativas- ver cómo impactan en los ahorros energéticos, el costo incremental y el retorno de la inversión.
“En nuestro estudio le mostramos al cliente que además de colaborar con el medio ambiente, tendrán beneficios directos como la reducción del consumo de energía, mayor confort, ahorro de agua, entre otras cosas”.
NUEVOS REQUERIMIENTOS
“En 2019 desarrollamos un proyecto de viviendas con un diseño innovador donde cada unidad habitacional posee espacios diferentes y flexibles para habitantes diversos: pueden vivir allí tanto familias jóvenes como adultos mayores, familias ensambladas y de diversas edades, y también personas con discapacidad. Coexisten el espacio de habitar con el de trabajar, sin interferencias, por lo que resultó un proyecto muy exitoso al anticiparnos a las nuevas formas que impuso el covid”.

En el marco de esta nueva realidad y en su comunicación con los clientes, María Inés y Cecilia identifican la repetición de un nuevo requerimiento: el espacio de transición en el ingreso a la vivienda, un espacio para dejar todo lo que se trae de afuera e ingresar con menos riesgo de contaminación a los hogares.
COACHING ONTOLÓGICO Y ARQUITECTURA
En el año 2017 Cecilia comenzó a interesarse por el coaching como proceso para adquirir nuevas herramientas. “El arte de preguntar me amplió el abanico de posibilidades en la comunicación con el cliente y con todos los involucrados en nuestros procesos. Practicar el arte de escuchar, de interpretar el lenguaje del otro, descubrir cuál es su motivación, por qué dice lo que dice es fundamental. Es en esa danza de preguntar, de hacer silencio, de escuchar y volver a preguntar, donde inicio mis diseños”, confiesa.

“Ser coach me facilitó el proceso de gestión de las obras a la hora de eficientizar los pedidos, establecer compromisos, ofertar mis tareas, realizar declaraciones y accionar en conjunto para cumplirlas. A través de las conversaciones puedo potenciar el trabajo conjunto”, resalta.
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