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Standard 69 tiene un punto difícil de conseguir. Entre simple y sofisticado. No es pretencioso pero sí cautivador. No busca ser lo que no es y, en ese concepto genuino, radica su mayor fortaleza y su particular encanto.

La mujer que está (junto al reconocido chef Javier Rodríguez) detrás de cada detalle, tiene también ese punto. Se llama Lucía Roland y es la directora de Capó, el estudio de diseño a cargo del interiorismo del primer Standard y también del recientemente inaugurado en el corazón de Villa Warcalde.

“Teníamos la experiencia de los otros, en cuanto a errores y aciertos, así que en ese sentido fue más fácil pero también fue un desafío enorme porque es mucho más grande”, explica.
Un total de 300 metros entre salón, tienda y tostadero da cuenta de ello sin contar la terraza con minigolf y una impactante vista de las sierras de Córdoba.

“Las mesas y la cocina están revestidos con Neolith, un material que conjuga tecnología y calidad. El resto quería que se vea sobrio, no cargado. Sofisticado pero simple, estándar. Hay madera, porque le da calidez, el hormigón armado a la vista en las paredes y el piso crudo que le da rusticidad”, detalla consultada acerca de los materiales que protagonizan el restaurante de Punto W.

Lucía Roland es arquitecta egresada de la Universidad Nacional de Córdoba. Trabajó dos años en el prestigioso estudio Bedmar and Shi en Singapur. “Aprendí muchísimo, quizás más que en la facultad. Trabajaba la obra de principio a fin. Llevaba tres meses hacer el legajo de las casas porque tenían 2500 m2 y allá las propuestas incluyen todo, hasta el interiorismo. Ahí me interesé más por los detalles que por la obra gruesa; puntualmente por los muebles”, recuerda.
Hoy se dedica al interiorismo y al diseño de muebles a medida conjugando ambas pasiones con su prioridad: la crianza de su hijo Mateo.

“Con Javier creamos juntos el concepto de Standard y es muy random la dinámica: se me ocurre la ilustración del vaso, lo hacemos; o la tarjeta de fidelidad por ejemplo. Lo llevamos muy personal y eso creo que se nota”, cuenta resumiendo el alma de sus proyectos.
Árboles japónicos, aberturas tipo guillotina integrando interior y exterior, plantas, flores, la cocina a la vista, luminarias acústicas, metros y metros de sillones de diseño. Nada es casual en el resultado armónico de este escenario.

“Es emocionante verlo así” confiesa mientras recorre con la vista cada rincón de este lugar que algún día pareció un sueño. “Me encantan estas mesas a las cuales les entra el sol; la situación de la ventana. De acuerdo a la personalidad del cliente es la mesa que elige. En los sillones te sentís más resguardado; si te gusta el bajo perfil vas a la mesa de atrás, hay mesas redondas para los grupos de amigas puedan conversar mirándose a la cara, hay un privado que se puede alquilar para eventos privados o integrarse para aumentar la capacidad del salón” enumera mientras observa los detalles.

Lo que sigue
-Un Tostadero de café con marca propia: Shiok. Va a estar en el Standard 69 de Punto W y allí mismo también “otra tienda, como la de Güemes pero más grande”.

“Siempre quisimos que la marca Standard sea internacional porque el concepto es muy adaptable a cualquier parte del mundo. Ofertas hay pero estamos analizando bien las propuestas”, admite. “También me encantaría tener un hotel. En cuanto a la arquitectura me gustaría hacer algún proyecto en el exterior, porque me encanta viajar. La vida nómade es lo mío. Quizás sacar la marca afuera podría ser una forma de lograrlo” cierra.
Carolina Samamé para Ferrocons
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