Si se premiara el arte de combinar con éxito la pasión por lo que se hace con la templanza para el relato, ellos estarían, sin dudas, entre los ganadores. Esta pareja de jóvenes arquitectos cordobeses, recién llegados de Harvard, nos abrieron las puertas de su casa para inspirarnos con su historia.
Stefano y Soledad en el Campus de Harvard.
Egresados de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de Córdoba, “Tefa”(27) y Sole (27) son portadores de una valiosa experiencia y representantes de una generación determinada que invita a repensar la arquitectura desde la integralidad y el compromiso con el ambiente y con lo público.
“Lo que hacemos, y en lo que estamos tratando de especializarnos, es en temas que exceden a la arquitectura como generalmente se la conoce. Trabajamos en una multiplicidad de escalas abordando temas más amplios desde las infraestructuras hasta el cambio climático, contaminación, extractivismo, equidad social y desigualdad espacial, que requieren del entendimiento de otras disciplinas como son la planificación territorial, sociología, e ingenierías, por ejemplo” explica Stefano, Magister en Arquitectura del Paisaje, quien finalizó su maestría en Harvard y trabaja actualmente como investigador asociado para esa universidad. “No vemos la disciplina como algo comercial sino como algo más transformador, de políticas públicas. Pensamos el desarrollo del país en otras escalas, por eso nuestros trabajos en energía, salud pública, o en agricultura regenerativa, siempre relacionado con el diseño urbano y el paisaje”.
Trabajo de agricultura regenerativa – Stefano Romagnoli.
Soledad, por su parte, acaba de finalizar (a distancia, pandemia mediante) su maestría en Diseño Urbano en la misma casa de estudios y trabaja actualmente junto a un profesor de nacionalidad india para Harvard. “En la India trabajamos sobre temas vinculados a la salud pública, específicamente nos propusimos repensar las infraestructuras sanitarias y la inequidad en torno a ello. Nuestros estudios e investigaciones comparten la visión de poner en la agenda del diseño urbano y arquitectónico temas que tienen que ver con la informalidad, el acceso al agua y al espacio público, el derecho a la ciudad y a ambientes sanos y resilientes, siempre a través de procesos participativos y de construcción colectivos. Son temas que creemos deben ser promovidos desde la disciplina”
Trabajo de Urbanismo en Mumbai – Soledad Patiño.La experiencia Harvard
En el aspiracional académico existe un paraíso con 384 años de historia al que pocos acceden y por el cual pasaron ocho presidentes de Estados Unidos, reconocidos escritores y figuras como Mark Zuckerberg y Bill Gates.
Soledad y Stefano recorrieron también esos campus, esas aulas y esos pasillos y vivenciaron la universidad más influyente del mundo.
F: ¿Cómo es la experiencia Harvard?
Soledad: “Muy intensa, muy movilizante, hay muchas cosas pasando y uno quiere hacerlo todo. Por momentos te excede. Hay mucha oferta de cursos y actividades. No todo fue fácil, es super exigente y son dos años que relegás muchas cosas. Tu vida es eso. Es un ambiente increíble de trabajo porque tenés tu banco, tu espacio, tableros, máquinas para hacer maquetas, laboratorios, talleres, y todo es compartido entre colegas y amigos. Pero entrás a las 9 de la mañana y terminás a las 11 de la noche cuando no a las 2 de la mañana. La parte social es muy interesante, conocimos muchísma gente y estuve en lugares donde nunca podría haber estado: en la India haciendo un proyecto, otro en México, un workshop en Japón”
Stefano: “Suscribo a los comentarios de Sole. La experiencia es muy nutritiva académicamente hablando. Profesionalmente, muy demandante. Es un lugar donde pasan muchas cosas al mismo tiempo y es difícil de acceder a todas. Nosotros estamos acostumbrados a otra cosa: familia, amigos, asados, lo social digamos. Allá eso no existe y después de 3 años, en mi caso, empieza a repercutir por varios lados. Lo de los viajes es muy bueno: conocimos doce lugares en un año”
Presentación final en Harvard.Un trabajo multipremiado
La tesis de grado de Stefano Romagnoli (en conjunto con Juan Cruz Serafini y Tomas Pont) no solo no pasaría desapercibida sino que le valdría varios reconocimientos: el IFLA en Canadá, uno en Jordania y dos premios Holcim: el primer lugar para Latinoamérica en el concurso de sustentabilidad (categoría sub-30) y el premio a las ideas (que evalúa todos los continentes) que le supuso, además, una beca para investigar durante dos años la temática.
Infraestructura de la energía en la Patagonia Argentina.
“Nuestro trabajo se basaba en cómo generar energía mareomotriz en la Patagonia. Hicimos un proyecto muy ambicioso en Río Gallegos donde se encuentra uno de los rangos de mareas más alto del mundo (el agua sube y baja 12 metros en 6 horas). Era un proyecto integral que involucraba no solo lo referente a la infraestructura de energía sino también a la producción de algas, de peces, un gran parque, turismo, etc. Eso era lo distintivo de la propuesta, que sean arquitectos quienes estén proponiendo y tratando estos temas”, explica. Actualmente trabajan en la búsqueda de UNA RUTA DE LA ENERGÍA DEL MAR, ampliando el trabajo a otros lugares de la Patagonia. “Estamos trabajando sobre distintas energías: mareomotriz, undimotriz, de las corrientes. La entrega final es en junio de 2021 y vamos a hacer un libro con todo lo compilado y una exposición en el Museo de Arquitectura y Diseño de Buenos Aires para marzo del año que viene”.
La investigación en Vaca Muerta
Las becas de investigación forman parte de la enorme oferta académica de Harvard. En ese marco, ellos presentaron un proyecto para investigar Vaca Muerta y eso los trajo, durante 10 días, de regreso al país el pasado año.
Ubicación de los recursos naturales en Argentina
“Nuestro trabajo se basó en una serie de cartografías y de mapeos acerca de qué era lo que estaba pasando con el “fracking” y cuáles eran los impactos socioambientales como así también el impacto que una actividad como ésta tiene en el diseño urbano y el paisaje de la Patagonia. Hablamos con muchos de los agentes involucrados, desde el intendente hasta los pueblos originarios, pasando por sociólogos, ONGs y demás actores que tenían algo para decir”, explica Soledad y Stefano continúa: “fue un trabajo corto de tres meses, que a nosotros nos interesaba mucho y que considerábamos importante para el país ya que es un desarrollo que está tomando recursos a un altísimo costo, sin planificación y generando enormes inequidades. Lo que hicimos nosotros fue plasmar estos conflictos en mapas donde se pueda ver, leer y entender la existencia de estos problemas para intervenir y modificarlos porque, de lo contrario, se vuelve insostenible y los daños son terribles para la sociedad y el ambiente”.
Mapeo sobre hidrocarburos en Vaca Muerta
La investigación de esos meses se tradujo en un libro presentado en Harvard el pasado septiembre. Sin embargo, la continuidad del trabajo, de nuevos mapeos y papers, los motivó para avanzar este año en una nueva recopilación, traducirlo al español y hacer una nueva publicación que estará lista en pocos meses.
Referentes
Soledad y Stefano coinciden en nombrar a la Universidad Nacional de Córdoba como el primer referente e institución inspiradora que los influenció. Ambos coinciden: “Cuando llegamos y empezamos las maestrías nos dimos cuenta del altísimo nivel de formación que habíamos recibido y de que estábamos preparados para las exigencias y desafíos de los programas. Y eso es una demostración del valor y atención que debemos darle a nuestras Universidades Nacionales y a la educación pública en general”.
Sole: “alguien que me inspiró durante mis dos años de maestría, y con quien ahora trabajo, el profesor indio Rahul Mehrotra me ayudó a repensar la arquitectura (que siempre se ha visto como algo permanente, estable y que dure por décadas) para visualizar la importancia de esos espacios efímeros que sirven a mucha más gente y que es donde realmente pasa lo importante en las ciudades.
Stefano: “en mi caso Teresa Galí Izard, una paisajista catalana que es realmente increíble no solo por su forma de ser y su manera de hacer sino también por su foco. Le da entidad a cualquier recurso natural, los ve como sujetos y no como objetos y eso te cambia la forma de cómo diseñar o cómo dibujar. Ya no lo tratás de la misma manera”
Stefano y Sole en la presentación de su trabajo sobre Vaca Muerta.
Desafíos del siglo XXI
El urbanismo del siglo XX se enfocó en estudiar las metrópolis, las grandes ciudades: la calle, el sistema de movilidad, los parques, el espacio verde.
“Creemos que el desafío del siglo XXI es empezar a prestar atención, ya no solo a las grandes ciudades sino a otros paisajes más despoblados o con comunidades incipientes, como es el caso de la Patagonia. Paisajes donde los recursos naturales juegan un rol muy importante y donde no se puede distinguir muy bien entre lo urbano y lo rural o entre lo natural y la infraestructura pero donde como agentes, como diseñadores territoriales y urbanos, nuestra profesión toma un rol relevante en la planificación”, afirma con convicción Soledad.
Con ese mismo convencimiento, Sole y Tefa afirmaron la elección de instalarse en Argentina y trabajar desde acá y para su país en base a todo lo aprendido. “Hay muchos temas para abordar: el cambio climático, los incendios, las inundaciones, el tema de las energías renovables. El hecho de que exista en la actualidad un Ministerio de Hábitat y Desarrollo Territorial nos da la pauta de que existe la intención de trabajar en estos temas. Sin embargo, es fundamental el compromiso de las provincias y los municipios para desarrollarlos y la actitud política para promoverlo”, cierra Stefano.
Jóvenes, talentosos y comprometidos, Soledad Patiño y Stefano Romagnoli son los perfectos embajadores de una generación que “inyecta” esperanza y la dosis necesaria de confianza para pensar un país mejor.
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